III Jornadas Patagónicas: La fragilidad del lazo. El prójimo y lo real

III Jornadas patagónicas 
 La fragilidad del lazo.  El prójimo y lo real
                                    El prójimo es la inminencia intolerable del goce.[i]

[i] Lacan Jacques, El seminario 16, “De Otro al otro” pág. 207, Ed. Paidós 2008


Nos preceden dos  jornadas  anteriores.
La primera “Síntomas y Semblantes: La actualidad de la clínica psicoanalítica”, donde se abordaron los llamados nuevos síntomas a partir de la clínica, situando y poniendo a producir dentro de la ética del psicoanálisis, los semblantes con los que se habían hecho lazos -en intensión como en extensión-. Una coincidencia regional, conmover  la posición del desarraigado.
 “La dignidad del sujeto en el siglo XXI. Qué dicen y Hacen los Psicoanalistas.”  Segundas jornadas orientadas a cernir lo propio del sujeto, lo conveniente para la práctica analítica. Experiencia subjetiva, de aquello que le es más propio, liberándolo de la reducción a su condición de objeto de evaluación, consumo, violencia, felicidad garantizada, o soledad.
Con este impulso previo, por fuerza, estas jornadas han de encontrar su lugar, como tercera. Tercera que haga serie, función que apunta a un anudamiento. 
La elección recayó sobre dos significantes: los lazos sociales y el prójimo.
Si algo se evidencia en la clínica contemporánea, es la presentación del vecino-próximo-prójimo [i]. Ni amigo ni enemigo, diferente y cercano[ii] , se hace portador del malestar propio ignorado.
El vecino próximo era la expresión por excelencia de esa diferencia que se filtraba, por el goce íntimo solo reconocible en el afuera del prójimo[iii], causando inquietud.

 La respuesta moral, los modos de proceder con el prójimo indicando lo que está bien o mal, no es una respuesta que solucione el dilema que plantea esa relación fallida, por lo tanto no es compatible con el psicoanálisis. 
Situemos la pregunta:
¿Cómo surge y se estructura esa relación?
La presencia real de ese prójimo llama a alguna respuesta.
Amarás al prójimo como a ti mismo, fue un intento de responder a esa relación.
Freud y Lacan abordaron las consecuencias de esa frase bíblica. Lacan ubicó la Cosa que habita en el vecino-próximo, algo resistente a ser significado, el Das Ding y una tensión, de discordia con ese otro en  el Estadio del espejo.
No matarás, otro mandamiento - el quinto- de las tablas de la ley de Moisés, que sanciona el homicidio, como tendencia  humana a regular.
Los discursos del amo introducían cierto límite a esta tensión. La función de ese amo compartido daba un marco.
“El prójimo es  la inminencia intolerable del goce. El Otro no es más que el terraplén limpio de él”[iv]
Excepción hecha frente a la muerte cuando se trata de una rivalidad inherente al encuentro con otro amo en ejercicio -luchas religiosas, políticas o económicas[v] [vi]-.  Hegel explica la dialéctica del amo y del esclavo, pero no explica que haya una sociedad de amos.[vii]
La fragilidad de ese discurso está situada en  el límite de esa función amo. Lo frágil del lazo va de la mano de la caída de los semblantes que hacen dominio y soporte en torno a lo que falta pero insiste. 
El semblante que dirige cae porque:
1)     desfallece en aquello donde se  encarna o
2) el conjunto que lo sostiene explota y cae  en el malestar que tiene que soportar.
Esta forma de tratar la falta y su caída, dio lugar a un invento: el psicoanálisis como lazo social, que en torno a un semblante – “respetar los semblantes siempre es respetar la castración” [viii] - se ofrece como  el envés del amo.
“La globalización ha universalizado cierta idea de igualdad en la diferencia” , pero la universalización no ha acabado con las fronteras. Están los nuevos integrismos comunitarios y hasta vecinales que hacen proliferar los conflictos[ix] .El lazo y lo contemporáneo del malestar en los distintos dispositivos de tratamiento, no están causadas por el exceso del amo que prohíbe, sino son por el exceso que provoca el imperativo a gozar del capitalismo tardío[x], rechazando lo simbólico y su consecuencia: la castración.[xi]
¿Cómo tratar lo prójimo con la caída de esos Ideales como un todo, el Otro que no existe y lo que cada uno se va inventando?
 El prójimo, implica una disputa en torno a eso otro y su modo de gozar. El sujeto refiriéndose  a un amo poco legible, termina en un fondo de tensa sospecha, sobre sus intenciones, entendidas desde el fantasma, como Otro gozador.
 ¿Qué lugar para el amor entonces?
En las manifestaciones artísticas[xii] de los últimos 50 años al tratarse el tema del vecino próximo, se toma un giro de potencial maldad.
Otro tanto sucede en los distintos dispositivos con los pedidos de  tratamiento: más que la confianza puesta en ellos de inscribir el malestar que padece en el Otro, se encuentran que están sospechados como un prójimo, por parte de quien se acerca a ser asistido. Prueba de ello es la forma en que se producen las bruscas interrupciones de los tratamientos.
¿Cuántas veces constatamos lo poco eficaz de las intervenciones, en tanto no causan algún movimiento del cuadro o situación de sufrimiento planteada y al mismo tiempo una resistencia palpable producto de una desconfianza hacia los que supuestamente estarían para asistirlos o ayudarlos?   
Entonces, ¿Cómo enlazar lo fugaz, frágil de la castración en el mundo contemporáneo?
¿Qué relación posible si no hallamos esa función tercera en la actualidad?
¿Es posible hacer que lo prójimo no sea un obstáculo insalvable? 
  Como prójimos-próximos-vecinos habrá que encontrar la vía de acceso al discurso analítico, forma que Lacan situó como el único modo para irrumpir que encuentra la castración.
Las fragilidades nos pueden orientar hacia la lógica del porqué de esa ruptura, es decir ver qué de ese lazo no soportó el malestar que intentaba resolver, así como también, las salidas que los analistas van inventando en cada abordaje.
En términos del trabajo en instituciones se encuentra en la queja escuchada alrededor del  modo de trato que hay hacia los que trabajan en ella y a la falta de recursos sociales que tienen los que consultan.
Interrogarse acerca del hacer o no posible,  el tratamiento desde el psicoanálisis sobre lo prójimo y sobre el vínculo social que lo permite, es un modo de ver cómo resuelven estas coyunturas, en los distintos espacios de tratamiento de las mismas. Hospitales, escuelas, consultorios, acción social, etc.
Ejes:
 Psicoanálisis
*¿Cómo inscribe el malestar la institución donde trabaja?
¿Qué lugar para la orientación psicoanalítica?
¿Cómo  se trata lo prójimo del goce?
                *Clínica- como se hace un lazo con el síntoma despejando la sospecha del goce prójimo.
                * Arte-  Cómo  dan a ver hoy, las distintas presentaciones de lo prójimo.
                *Ciencias Sociales.


[i] Moliner María. Diccionario etimológico
[ii] Slavoj Žižek, Eric L. Santner, Kenneth Reinhard. El prójimo. Amorrortu ediciones.BsAs.-Madrid
[iii] Lacan Jacques, El seminario 16, “De Otro al otro” pág. 206, Ed. Paidós 2008
[iv] Lacan Jacques, El seminario 16, “De Otro al otro” pág. 207, Ed. Paidós 2008
[v] Naranjo José Antonio. Razón del psicoanálisis.
[vi] Freud S. Por qué la guerra. Tomo x Amorrortu ed. BsAs 1976
[vii] Lacan Jacques,  El seminario 18, pág. 17, Ed. Paidós
[viii]Miller Jacques-Allain,  Donc, La lógica de la cura, 1° Ed. Paidós,  pág 326
[ix] Brousse M-H “ La Revolución siempre termina con un amo” Conferencias en Caracas. 2009
[x]Ondina, María Rodrigues y Ernesto Derezensky (orgs.)  “La violencia: síntoma social de la época”, Cap. “Violencia y consumismo” Silvia Ons, EBP, Ed. Scriptum 2013.
[xi] Lacan Jacques, “El saber del psicoanalista" (Charlas de Jacques Lacan en Ste. Anne, 1971-1972) 6 de Enero de 1972 inédito
[xii] M-H Brousse "Una sublimación a riesgo del psicoanálisis"
-          Ons, Silvia: “ Una Mujer como síntoma de un hombre” Ed. Tres Haches 2005
-          Revista Dispar N° 5 , psicoanálisis y filosofía - Centro de Investigaciones Instituto Clínico de Buenos Aires Grama ICBA 2005
-          Lacan Jacques, El Seminario 20, capítulo VIII, El saber y la verdad, Paidós 1981
-          Lacan Jacques, El Seminario 21, Clase  4, del 18 de Diciembre de 1973 y Clase  5 del 8 de Enero de 1975 inédito

"Amamos a aquel que responde a nuestra pregunta: ¿Quién soy yo?" Entrevista a Jacques-Alain Miller. Por Hanna Waar
















"Amamos a aquel que responde a nuestra pregunta:
¿Quién soy yo?"
Entrevista a Jacques-Alain Miller.
Por
Hanna Waar

 "Hijo espiritual" de Jacques Lacan, Jacques-Alain Miller explora a su vez la cuestión del amor que el padre del pensamiento psicoanalítico contemporáneo evocaba en 1973 en uno de sus más famosos seminarios: "Aún", en El Seminario, vol XX
(Seuil, "Essais", 1999).

Es el fundador de la Escuela de la Causa Freudiana.
Ultima obra aparecida: Le secret des dieux (Navarin editores, 2005).

"Amamos a la persona que protege, o una imagen narcisista de uno mismo".
"El amor se dirige a aquel que, pensamos, conoce nuestra verdad y nos ayuda a encontrarla soportable",
 Jacques-Alain Miller.

Mirada de un psicoanalista sobre esta cuestión fundamental.

-Hanna Waar: ¿El psicoanálisis enseña algo sobre el amor?

-Jacques-Alain Miller: Mucho, pues es una experiencia cuyo resorte es el amor. Se trata de ese amor automático, y a menudo inconsciente, que el analizante dirige al analista, y que se llama la transferencia. Es un amor artificial, pero de la misma estofa que el amor verdadero. Saca a la luz su mecánica: el amor se dirige a aquel que usted piensa que conoce vuestra verdad verdadera. Pero el amor permite imaginar que esta verdad será amable, agradable, mientras que de hecho es muy difícil de soportar.

-H.W.: ¿Entonces, qué es verdaderamente amar?

-J-A.M.: Amar verdaderamente a alguien es creer que amándolo, se accederá a una verdad sobre sí mismo. Amamos a aquel o a aquella que esconde la respuesta, o una respuesta a nuestra pregunta: "¿Quién soy yo?"

-H.W.: ¿Por qué algunos saben amar y otros no?

-J-A.M.: Algunos saben provocar el amor en el otro, los serial lovers, si puedo decirlo, hombres y mujeres. Saben qué botones apretar para hacerse amar. Pero ellos no aman necesariamente, juegan más bien al gato y al ratón con sus presas. Para amar, hay que confesar su falta, y reconocer que se necesita al otro, que le falta. Aquellos que creen estar completos solos, o quieren estarlo, no saben amar. Y a veces, lo constatan dolorosamente. Manipulan, tiran de los hilos, pero no conocen del amor ni el riesgo ni las delicias.

-H.W.: "Estar completo solo": sólo un hombre puede creer eso…

-J-A.M.: ¡Bien dicho! Amar, decía Lacan es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos. Es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. Para eso, hay que asumir su falta, su "castración", como decía Freud. Y esto, es esencialmente femenino. Sólo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo, es que en realidad, no está muy seguro de su virilidad.

-H.W.: ¿Sería más difícil amar para los hombres?

-J-A.M.: ¡Oh sí! Incluso un hombre enamorado tiene retornos de orgullo, lo asalta la agresividad contra el objeto de su amor, porque este amor lo pone en una posición de incompletud, de dependencia. Por ello puede desear a mujeres que no ama, para reencontrar la posición viril que él pone en suspenso cuando ama. Freud llama a este principio la "degradación de la vida amorosa" en el hombre: la escisión del amor y del deseo.

-H.W.: ¿Y en las mujeres?

-J-A.M.: Es menos habitual. En el caso más frecuente, hay desdoblamiento del partenaire masculino. De un lado, está el amante que las hace gozar y que desean, pero está también el hombre del amor, que está feminizado, profundamente castrado. Sólo que no es la anatomía la que comanda: hay mujeres que adoptan una posición masculina, incluso las hay cada vez más. Un hombre para el amor, en la casa, y hombres para el goce, que se encuentran en Internet, en la calle, o en el tren…

-H.W.: ¿Por qué cada vez más?

-J-A.M.: Los estereotipos socioculturales de la feminidad y de la virilidad están en plena mutación. Los hombres son invitados a alojar sus emociones, a amar, a feminizarse. Las mujeres conocen, por el contrario, un cierto "empuje al hombre": en nombre de la igualdad jurídica, se ven conducidas a repetir "yo también". Al mismo tiempo, los homosexuales reivindican los derechos y los símbolos de los héteros, como el matrimonio y la filiación. De allí que hay una gran inestabilidad de los roles, una fluidez generalizada del teatro del amor, que contrasta con la fijeza de antaño. El amor se vuelve "líquido", constata el sociólogo Zygmunt Bauman[1]. Cada uno es conducido a inventar su propio "estilo de vida", y a asumir su modo de gozar y de amar. Los escenarios tradicionales caen en lento desuso. La presión social para adecuarse a ello no ha desaparecido, pero es baja.

-H.W.: "El amor siempre es recíproco", decía Lacan. ¿Aún es verdadero en el contexto actual? ¿Qué significa eso?

-J-A.M.: Se repite esta frase sin comprenderla, o se la comprende de través. No quiere decir que basta con amar a alguien para que él lo ame. Eso sería absurdo. Quiere decir: "Si yo te amo, es que tú eres amable. Soy yo quien ama, pero tú, tú también estas implicado, puesto que hay en ti algo que hace que te ame. Es recíproco porque hay un ir y venir: el amor que tengo por ti es el efecto de retorno de la causa de amor que tú eres para mí. Por lo tanto, algo tú tienes que ver. Mi amor por ti no es sólo asunto mío, sino también tuyo. Mi amor dice algo de ti que quizá tú mismo no conozcas." Esto no asegura en absoluto que al amor de uno responderá el amor del otro: cuando eso se produce siempre es del orden del milagro, no se puede calcular por anticipado.

-H.W.: No se encuentra a su cada uno o a su cada una por azar. ¿Por qué él? ¿Por qué ella?

-J-A.M.: Existe lo que Freud llama Liebsbedingung, la condición de amor, la causa del deseo. Es un rasgo particular –o un conjunto de rasgos- que tiene en cada uno una función determinante en la elección amorosa. Esto escapa totalmente a las neurociencias, porque es propio de cada uno, tiene que ver con la historia singular e íntima. Rasgos a veces ínfimos están en juego. Freud, por ejemplo, había señalado como causa del deseo en uno de sus pacientes ¡un brillo de luz en la nariz de una mujer!

-H.W.: Nos es difícil creer en un amor fundado sobre esas naderías.

-J-A.M.: La realidad del inconsciente supera a la ficción. Usted no tiene idea de todo lo que se funda, en la vida humana, y especialmente en el amor, en bagatelas, cabezas de alfiler, "divinos detalles". Es verdad que es sobretodo en el macho que encontramos tales causas del deseo, que son como fetiches cuya presencia es indispensable para desencadenar el proceso amoroso. Particularidades nimias, que recuerdan al padre, la madre, el hermano, la hermana, tal personaje de la infancia, juegan también su papel en la elección amorosa de las mujeres. Pero la forma femenina del amor es más erotómana que fetichista: quieren ser amadas, y el interés, el amor que se les manifiesta, o que suponen en el otro, es a menudo una condición sine qua non para desencadenar su amor, o al menos su consentimiento. El fenómeno está en la base de la conquista masculina.

-H.W.: ¿Usted no le adjudica ningún papel a los fantasmas?

-J-A.M.: En las mujeres, sean concientes o inconscientes, son determinantes para la posición de goce, más que para la elección amorosa. Y es a la inversa para los hombres. Por ejemplo, ocurre que una mujer no pueda obtener el goce – digamos el orgasmo – sino a condición de imaginarse a sí misma durante el acto, siendo golpeada, violada, o siendo otra mujer, o incluso estando en otra parte, ausente.

-H.W.: ¿Y el fantasma masculino?

-J-A.M.: Está muy en evidencia en el enamoramiento. El ejemplo clásico, comentado por Lacan, está en la novela de Goethe[2], la súbita pasión del joven Werther por Charlotte, en el momento en que la ve por primera vez, alimentando a un grupo de niños que la rodea. Aquí es la cualidad maternal de la mujer lo que desencadena el amor. Otro ejemplo, tomado de mi práctica, es este: un jefe en la cincuentena recibe candidatas para un puesto de secretaria. Una joven mujer de 20 años se presenta y le desencadena inmediatamente su fuego. Se pregunta lo que le pasó, entra en análisis. Allí descubre el desencadenante: encontró en ella rasgos que le evocaban lo que él mismo era a los 20 años, cuando se presentó a su primera solicitud de trabajo. De algún modo se enamoró de sí mismo.

-H.W.: ¡Se tiene la impresión de que somos marionetas!

-J-A.M.: No, entre tal hombre y tal mujer, nada está escrito por anticipado, no hay brújula, no hay relación preestablecida. Su encuentro no está programado como el del espermatozoide y el del óvulo; nada que ver tampoco con los genes. Los hombres y las mujeres hablan, viven en un mundo de discurso, es eso lo que es determinante. Las modalidades del amor son ultrasensibles a la cultura ambiente. Cada civilización se distingue por el modo en que estructura su relación entre los sexos. Ahora, ocurre que en Occidente, en nuestras sociedades, a la vez liberales, mercantiles y jurídicas, lo "múltiple" está en camino de destronar el "Uno". El modelo ideal de "gran amor para toda la vida" cede poco a poco el terreno ante el speed dating, el speed living y toda una profusión de escenarios amorosos alternativos, sucesivos, incluso simultáneos.

-H.W.: ¿Y el amor en su duración?, ¿en la eternidad?

-J-A.M.: Balzac decía: "Toda pasión que no se crea eterna es repugnante"[3]. ¿Pero el vínculo puede mantenerse toda la vida en el registro de la pasión? Cuanto más un hombre se consagra a una sola mujer, más ella tiende a tomar para él una significación maternal: tanto más sublime e intocable cuanto más amada. Son los homosexuales casados lo que desarrollan mejor este culto de la mujer: Aragon canta su amor por Elsa cuando muere, ¡buen día a los muchachos! Y cuando una mujer se apega a un solo hombre, lo castra. Por lo tanto, el camino es estrecho. El mejor destino del amor conyugal es la amistad, decía en esencia Aristóteles.

-H.W.: El problema, es que los hombres dicen no comprender lo que quieren las mujeres, y las mujeres, lo que los hombres esperan de ellas…

-J-A.M.: Sí. Lo que es una objeción a la solución aristotélica es que el diálogo de un sexo con el otro es imposible, suspiraba Lacan. Los enamorados están de hecho condenados a aprender indefinidamente la lengua del otro, a tientas, buscando las claves, siempre revocables. El amor, es un laberinto de malentendidos cuya salida no existe.

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Traducción:
Silvia Baudini
Entrevista:
Hanna Waar.
Para:
Psychologies Magazine, octubre 2008, n° 278.
Tomado de:
Consecuencias, Revista Digital de Psicoanálisis, Arte y Pensamiento.
Edición #6 Junio 2011.


1- BAUMAN, Zygmunt:. Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.
2- GOETHE, Johann Wolfgang: Los sufrimientos del joven Werther.

3- HONORATO de BALZAC: en La Comedia humana, volumen VI "Estudios de las costumbres: escenas de la vida parisina".

ERNESTO SINATRA “L@s nuev@s adict@s”




ERNESTO S. SINATRA

“La soledad globalizada es un síntoma de época”


En L@s nuev@s adict@s, el psicoanalista Ernesto Sinatra explora cómo la particularidad del consumo de tóxicos se anuda con las transformaciones de hombres y mujeres respecto de esas sustancias y de la implosión de la categoría de género.                                                                                                              



La implosión del género en la feminización del mundo es el subtítulo de este volumen que publica la casa Tres Haches.
 
Sinatra es psicoanalista y co-fundador del TYA (red internacional del campo freudiano en toxicomanía y alcoholismo); es miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL).
 
Entre otros libros, publicó La racionalidad del psicoanálisisNosotros los hombres, ¿Todo sobre las drogas? y Las entrevistas preliminares y la entrada en análisis.
 
Esta es la conversación que sostuvo con Télam.
 
T : ¿Quiénes son los "nuevos" adictos, y en qué se diferenciarían de los "viejos"? El modo en el que lo escribís tiene desde el inicio una particularidad…
S : Sí, es así. En primer lugar, el título del libro es -en verdad- impronunciable. Es resultado de la variación de los usos del lenguaje en las prácticas cotidianas de los ciudadanos y los consumidores actuales. Al escribir nuev@s adict@s con el signo arroba, se denotan dos rasgos de la época: la web-globalización y la impronta producida en los usos de la lengua por las batallas del género –p.ej. @ no es índice de masculino o femenino, designa de un modo neutro, en este caso: inclusivo.
 
Los nuev@s adict@s obedecen a la globalización hiper-moderna; es necesario circunscribir el escenario del capitalismo contemporáneo realizado como democracia de mercado en Occidente, para leer desde allí las transformaciones actuales de hombres y mujeres en su relación con los tóxicos contemporáneos. Desde los tradicionales adictos al alcohol y a las drogas se pasó a los consumidores actuales, que emplean sustancias cada vez más sofisticadas. Pero además existe una variedad de consumos tan extendida como lo son las acciones que denotan los más diversos modos de gozar: work-alcoholicscyber-adictos; tele-adictos; ludo-adictos; sexo-adictos; personas tóxicas...por lo antedicho la lista es interminable.
 
El libro es un work in progress de una investigación que lleva años y está atravesado por una hipótesis con la que pretende demostrar algunos alcances en la civilización, a partir de la secuencia: de (1) la caída del padre -se sigue- (2) el declive de lo viril -a lo que responde- (3) la feminización del mundo. Puede constatarse que la crisis actual de las normas se corresponde con la caída del padre, y con el declive de lo viril. Desde los fenómenos que muestran el descenso de la autoridad, que preocupa a los educadores tradicionales y -sobre todo- a los encargados de llevar adelante políticas de Estado (en educación). Y no menos -hoy más que nunca- las mujeres que se lamentan de no conseguirverdaderos hombres.
 
T : ¿A qué se refiere y cómo opera en la época esta categoría de lafeminización del mundo?
S : La feminización del mundo el tercer peldaño que la caída del padre inició. Desde el logro, legítimo de los derechos de igualación de las mujeres con los hombres -en el plano laboral, social, político, etcétera, lo que ha llevado a que por primera vez en nuestro continente existan mujeres presidentas. Y la promoción de lo que se ha adjudicado a la sensibilidad femenina, privilegiando la promoción del detalle, la capacidad de escucha, la intuición. Es decir, la política de la sensibilidad (adjudicada) frente al tradicional imperio de la razón (asociada con lo masculino).
 
Pero que la feminización del mundo designe este proceso no es un hecho fortuito ni una mímesis de una formulación socio-antropológica, sino la apropiación de una interpretación lanzada por Jacques-Alain Miller con la que leemos los fenómenos de la globalización regidos por la lógica del No-Todo. Se trata de las consecuencias de que la autoridad del padre en Occidente ya no es lo que era. Por medio de la consideración teórica de los procesos estructurales de la sexualidad humana -designados como fórmulas de la sexuación por Jacques Lacan- es posible localizar la transformación que introduce la globalización. El lugar que simbólicamente ha encarnado el padre ha sido el de la excepción, el de al-menos-uno que dice no al goce designa el principio de la autoridad. En esta lógica, es la función de la excepción la que permite cerrar el conjunto universal, construir el Todo que constituye a las sociedades humanas. Pero ¿qué sucede cuando no funciona la excepción que el Padre encarnaba?
 
El Todo no puede constituirse. Miller concluye que la estructura de la globalización no obedece a la configuración tradicional de las sociedades tradicionales, sino que es afectada por la extracción de la excepción. Ello tiene una consecuencia precisa: el desplazamiento hacia el Otro lado de las fórmulas de la sexuación, el No-Todo, con la que caracterizamos a lo femenino. Es necesario precisar que estas fórmulas indican, para Lacan, lugares de inscripción de los cuerpos, y no necesariamente distribución de hombres y mujeres. Se trata de elecciones inconscientes de sexo que operan para cada sujeto. En ausencia del Todo-Unificante, eso siempre muestra su inconsistencia: proliferan micro-totalidades, sistemas abiertos de configuración social -tribus urbanas, por ejemplo- integradas por individuos que se agrupan a partir de una coalescencia del saber y del intento de hacer reconocer sus formas de gozar.
 
T : Se cuestiona a los psicoanalistas por desentenderse de los cambios socio-políticos que suceden en cada época. ¿Es realmente así?
S : Son los psicoanalistas los que hacemos existir el psicoanálisis, y de cada uno de nosotros depende el modo de hacerlo existir. El psicoanalista debe hoy estar advertido de las transformaciones socio-políticas de la sociedad, ya que esas transformaciones inciden en las demandas que muestran el malestar contemporáneo de los ciudadanos -a los que se suele identificar, aplastándolos, como consumidores.
 
Que existan en nuestro país leyes como la del matrimonio igualitario y la ley de identidad de género modifican las condiciones del convivir, permitiendo que las minorías accedan a sus derechos como nunca antes. Además, esos casos llegan a la consulta; es necesario estar al tanto de sus particularidades sociales, políticas, legales, para evitar colocar en el lugar de la ignorancia que se puede tener sobre el tema, los prejuicios de cada uno.
 
T : El consumo, o el poli-consumo, que responde hoy a la ‘orden’ de gozar, parece impulsar un pasaje al acto generalizado ¿Qué diferencias tiene esa orden actual con la de los tiempos freudianos?
S : Freud interpretó a su época: el malestar era el síntoma que mostraba que la renuncia pulsional -¡hay que dejar de gozar! como mandato paterno de la civilización- no hacía felices a los individuos, sino que por el contrario, reforzaba el circuito infernal de la conciencia moral: el pensamiento, con su función depicasesos, encontró allí una satisfacción en la aplicación misma de la norma, humillando al individuo. En esa época, la Iglesia florecía valiéndose de ese circuito superyoico, instalando una negociación: renuncia al goce; pero si has pecado puedes confesarte para expiar tus pecados; pero entonces vuelves a gozar, y luego vuelves a la Iglesia para volver a expiar, etcétera.
 
 
Pero las cosas han cambiado. El imperativo actual de la civilización indica ¡hay que gozar! El espectro híper-moderno del goce renueva sus desplazamientos de la cosquilla a la parrilla. De un lado la cosquilla: el avance mediático del goce sexual -el todo para ver- recaptura la implosión del género en sus variaciones (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, inter-sexuales) transformando en comedia la desigual lucha por los derechos de las minorías sexuales, ridiculizando sus demandas de reconocimiento social.
 
Y por el otro, la parrilla: criminalidad real ejercida sobre los cuerpos degradados por la hipocresía del Otro social, en la pendiente que va desde la inseguridad urbana la violencia de género y las -cada vez más frecuentes- sobredosis de los jóvenes (especialmente) producidas por las drogas de diseño combinadas con alcohol. Así las cosas, los Estados deben regular en el campo del goce, lo que hasta ayer era considerado un derecho divino, no tan sólo natural: entre nosotros el matrimonio adviene igualitario y la identidad de género deja de soldar cuerpo y sexo.
 
T : Si se piensa en comunidades organizadas por flujos inmanentes (no "líquidos"), comunidades que se arman y se desarman donde el sujeto ya no cree siquiera en la posibilidad de estar solo, ¿no cambiaría también el estatuto de la neurosis y por carácter transitivo, el de la "adicción"?
S : Bientoda acción humana propicia siempre una forma de satisfacción, la que debe ser respetada en su singularidad y contextuada en el ámbito en el que se desarrolla. Adicción ya es equivalente a forma de gozar. La función que cumple un tóxico (o varios) en la economía libidinal de un individuo, puede no tener  nada que ver con otro individuo, por más semejante que fuere. Se trata de no llevar las clasificaciones técnicas al terreno de un juicio moral, sino de incorporar las transformaciones de la intimidad. Existe un derecho inalienable a la singularidad, el que debe ser respetado por cada terapeuta con cada analizante.
 
T : Y la soledad, ¿qué decir de la soledad?, ¿tiene estatuto de síntoma social?
S : Para empezar, no es fácil estar solo. Para poder estar solo es necesario poder contar con el vacío, y que eso no te arrastre. Sería para desarrollarlo, es un tema inquietante hoy. La soledad globalizada es un concepto con el que quise destacar un síntoma de la época: la soledad entre muchos, el desamparo real de los individuos, más acá y más allá de estar acompañado por otros o -incluso- acompañados con sus dispositivos electrónicos de última generación. Se puede estar solo entre muchos, seguir solo en las redes sociales, no dejar de estar solo mientras uno se comunica por el celular o las tabletas electrónicas...con los gadgets se intenta suturar el vacío estructural que afecta a los hablantes: la inexistencia de una proporción entre los sexos.

Inicio de actividades 2013 y Programa. Iom2 Delegación Ushuaia



En el 2010 algunos  practicantes del psicoanálisis nos reuníamos para formalizar la delegación del IOM en lo que entendíamos posible  aquí  en Ushuaia para continuar nuestra formación como practicantes del psicoanálisis. La implicación y compromiso de cada uno de los miembros  en sostener  el  discurso analítico nos encuentra este presente año frente a un nuevo desafío de trabajo.
Este año nos honraran con su presencia
 Fabian Schejtman  ( 5 y 6 de abril)
Patricio Alvarez  (10 y  11 de mayo)
Silvia Ons   (7 y 8 de Junio)
Graciela Esperanza  (30 y  31 de agosto)
Samuel Basz   (25 y 26 de octubre)
Como ya es habitual en la Delegación, los días viernes cada vez que un analista nos visita brindaremos  a la ciudad las conferencias abiertas a la comunidad,  que es el lazo fecundo donde ciudad y discurso psicoanalítico se anudan.
La conversación clínica seguirá siendo el espacio donde los miembros se implicaran desde el quehacer de su propia práctica analítica.
El programa de este año nos invita a adentrarnos en los laberintos del goce, el Seminario Aun de Lacan será el eje de la enseñanza.
Para ello el programa propuesto para este año está dividido en dos partes: en la primera haremos un recorrido por los paradigmas del goce tal como los presenta J.A Miller en “ La Experiencia de lo real  en la cura psicoanalítica”, Ed. Paidos.
 Los seis paradigmas del goce, son seis escansiones temporales, cronológicas, que Miller produce con la obra de Lacan. Con estos paradigmas, Miller intenta ordenar los diferentes momentos de la enseñanza de Lacan respecto a la doctrina del goce, proponiendo en cada paradigma  una noción distinta de goce. Miller llama a estos paradigmas “fotogramas simplificados”
1º paradigma “La imaginarización del goce” (hasta seminario nº 4)
2º Paradigma “La significantización del goce”(Seminario nº 5 – nº 6 -  Escritos II Subversión del sujeto y dialéctica del deseo )
3º Paradigma “El goce Imposible” (Seminario nº 7 - )
4º paradigma “El goce fragmentado” Del goce fragmentado al goce normal (Seminario nº 11)
5º Paradigma “El goce discursivo” (Seminario nº 16, 17 – Radiofonía)
6º Paradigma “La no relación”  (El Seminario 20, Aún)

 Una segunda parte donde se realizara un comentario razonado el Seminario 20 “Aun” de Jacques Lacan Ed. Paidos  desde la lógica de la no relación que Lacan lo estableció a propósito de lo sexual: “no hay relación sexual”.  Un seminario que nos abre el espacio para explorar el imperio de la no relación, de la disyunción entre el significante y el significado, del goce y el Otro, del hombre y la mujer….
Las clases se dictaran en la sede de la Biblioteca Popular Sarmiento los días sábados correspondientes a la venida de  los docentes de 10 a 13 hs. 


Programa 2013. Iom2 Delegacion Ushuaia

Primera Parte
La enseñanza de Lacan respecto de la doctrina del goce:
Clase 1)
a)                  La imaginarización del goce. Paradigma I
b)                  La significantización del goce:. Paradigma II
Clase 2)
a)                  El goce imposible. Paradigma III
b)                  El goce normal. Paradigma IV
Clase 3)
a)                  El goce discursivo. Paradigma V
b)                  La no relación. Paradigma VI

Segunda parte
Comentarios razonados del seminario XX “Aún”
Clase 4)
 Capítulos 1 y 2. Con el acento en:
El goce el derecho y la ética
El estatuto del Super Yo
El goce fálico
Los discursos y el goce
Linguistería
La sustancia gozante.
Clase 5)
Capítulos 3 y 4. Con el acento en:
El inconciente es lo que se lee
El uso de las letras
El amor y el significante
El amor como suplencia de la ausencia de relación sexual.
Clase 6)
Capítulos 5 y 6. con el acento en:
La realidad se aborda con los aparatos de goce
El goce no conviene a la relación sexual
Dios y el goce de L/a mujer
Los místicos
 La perversión polimorfa del macho.