III Jornadas patagónicas
La
fragilidad del lazo. El prójimo y lo
real
El
prójimo es la inminencia intolerable del goce.[i]
Nos preceden dos jornadas anteriores.
La primera “Síntomas
y Semblantes: La actualidad de la clínica psicoanalítica”, donde se
abordaron los llamados nuevos síntomas a partir de la clínica, situando y
poniendo a producir dentro de la ética del psicoanálisis, los semblantes con
los que se habían hecho lazos -en intensión como en extensión-. Una
coincidencia regional, conmover la
posición del desarraigado.
“La dignidad del sujeto en el siglo XXI. Qué
dicen y Hacen los Psicoanalistas.”
Segundas jornadas orientadas a cernir lo propio del sujeto, lo
conveniente para la práctica analítica. Experiencia subjetiva, de aquello que
le es más propio, liberándolo de la reducción a su condición de objeto de
evaluación, consumo, violencia, felicidad garantizada, o soledad.
Con este impulso previo, por fuerza, estas jornadas han
de encontrar su lugar, como tercera. Tercera que haga serie, función que apunta
a un anudamiento.
La elección recayó sobre dos significantes: los lazos sociales y el prójimo.
Si algo se evidencia en la clínica contemporánea, es la
presentación del vecino-próximo-prójimo [i].
Ni amigo ni enemigo, diferente y cercano[ii] ,
se hace portador del malestar propio ignorado.
El vecino próximo era la expresión por excelencia de esa
diferencia que se filtraba, por el goce íntimo solo reconocible en el afuera
del prójimo[iii],
causando inquietud.
La respuesta
moral, los modos de proceder con el prójimo indicando lo que está bien o mal,
no es una respuesta que solucione el dilema que plantea esa relación fallida,
por lo tanto no es compatible con el psicoanálisis.
Situemos la pregunta:
¿Cómo surge y se estructura esa relación?
La presencia real
de ese prójimo llama a alguna respuesta.
Amarás al prójimo como a ti mismo, fue un intento de
responder a esa relación.
Freud y Lacan abordaron las consecuencias de esa frase
bíblica. Lacan ubicó la Cosa que habita en el vecino-próximo, algo resistente a
ser significado, el Das Ding y una tensión, de discordia con ese otro en el Estadio del espejo.
No matarás, otro mandamiento - el quinto- de las tablas
de la ley de Moisés, que sanciona el homicidio, como tendencia humana a regular.
Los discursos del amo introducían cierto límite a esta
tensión. La función de ese amo compartido daba un marco.
“El prójimo
es la inminencia intolerable del goce. El
Otro no es más que el terraplén limpio de él”[iv]
Excepción hecha frente a la muerte cuando se trata de
una rivalidad inherente al encuentro con otro amo en ejercicio -luchas
religiosas, políticas o económicas[v] [vi]-. Hegel explica
la dialéctica del amo y del esclavo, pero no explica que haya una sociedad de
amos.[vii]
La fragilidad de ese discurso está situada en el límite de esa función amo. Lo frágil del
lazo va de la mano de la caída de los semblantes que hacen dominio y soporte en
torno a lo que falta pero insiste.
El semblante que dirige cae porque:
1) desfallece en aquello donde se
encarna o
2) el conjunto que lo sostiene explota y cae en el malestar que tiene que soportar.
Esta forma de tratar la falta y su caída, dio lugar a un
invento: el psicoanálisis como lazo social, que en torno a un semblante – “respetar los semblantes siempre es
respetar la castración” [viii]
- se ofrece como el envés del amo.
“La globalización ha universalizado
cierta idea de igualdad en la diferencia” , pero la universalización no ha acabado con las fronteras. Están los nuevos integrismos comunitarios y hasta vecinales que hacen
proliferar los conflictos[ix]
.El lazo y lo contemporáneo del malestar en los distintos dispositivos de
tratamiento, no están causadas por el exceso del amo que prohíbe, sino son por
el exceso que provoca el imperativo a gozar del capitalismo tardío[x],
rechazando lo simbólico y su consecuencia: la castración.[xi]
¿Cómo tratar lo prójimo con la caída de esos Ideales
como un todo, el Otro que no existe y lo que cada uno se va inventando?
El prójimo, implica
una disputa en torno a eso otro y su modo de gozar. El sujeto refiriéndose a un amo poco legible, termina en un fondo de
tensa sospecha, sobre sus intenciones, entendidas desde el fantasma, como Otro
gozador.
¿Qué lugar para
el amor entonces?
En las manifestaciones artísticas[xii]
de los últimos 50 años al tratarse el tema del vecino próximo, se toma un giro
de potencial maldad.
Otro tanto sucede en los distintos dispositivos con los
pedidos de tratamiento: más que la
confianza puesta en ellos de inscribir el malestar que padece en el Otro, se
encuentran que están sospechados como un prójimo, por parte de quien se acerca
a ser asistido. Prueba de ello es la forma en que se producen las bruscas
interrupciones de los tratamientos.
¿Cuántas veces constatamos lo poco eficaz de las
intervenciones, en tanto no causan algún movimiento del cuadro o situación de
sufrimiento planteada y al mismo tiempo una resistencia palpable producto de
una desconfianza hacia los que supuestamente estarían para asistirlos o
ayudarlos?
Entonces, ¿Cómo enlazar lo fugaz, frágil de la
castración en el mundo contemporáneo?
¿Qué relación posible si no hallamos esa función tercera
en la actualidad?
¿Es posible hacer que lo prójimo no sea un obstáculo
insalvable?
Como
prójimos-próximos-vecinos habrá que encontrar la vía de acceso al discurso
analítico, forma que Lacan situó como el único modo para irrumpir que encuentra
la castración.
Las fragilidades nos pueden orientar hacia la lógica del
porqué de esa ruptura, es decir ver qué de ese lazo no soportó el malestar que
intentaba resolver, así como también, las salidas que los analistas van
inventando en cada abordaje.
En términos del trabajo en instituciones se encuentra en
la queja escuchada alrededor del modo de
trato que hay hacia los que trabajan en ella y a la falta de recursos sociales
que tienen los que consultan.
Interrogarse acerca del hacer o no posible, el tratamiento desde el psicoanálisis sobre
lo prójimo y sobre el vínculo social que lo permite, es un modo de ver cómo
resuelven estas coyunturas, en los distintos espacios de tratamiento de las
mismas. Hospitales, escuelas, consultorios, acción social, etc.
Ejes:
Psicoanálisis
*¿Cómo inscribe el malestar la institución
donde trabaja?
¿Qué lugar para la orientación
psicoanalítica?
¿Cómo
se trata lo prójimo del goce?
*Clínica-
como se hace un lazo con el síntoma despejando la sospecha del goce prójimo.
*
Arte- Cómo dan a ver hoy, las distintas presentaciones
de lo prójimo.
*Ciencias Sociales.
[x]Ondina, María Rodrigues y Ernesto Derezensky (orgs.) “La
violencia: síntoma social de la época”, Cap. “Violencia y consumismo” Silvia
Ons, EBP, Ed. Scriptum 2013.
[xi] Lacan Jacques, “El saber del psicoanalista" (Charlas de
Jacques Lacan en Ste. Anne, 1971-1972) 6 de Enero de 1972 inédito
[xii] M-H Brousse "Una sublimación a riesgo del psicoanálisis"
-
Ons, Silvia: “ Una Mujer como
síntoma de un hombre” Ed. Tres Haches 2005
-
Revista Dispar N° 5 ,
psicoanálisis y filosofía - Centro de Investigaciones Instituto Clínico de
Buenos Aires Grama ICBA 2005
-
Lacan Jacques, El Seminario 20,
capítulo VIII, El saber y la verdad, Paidós 1981
-
Lacan Jacques, El Seminario 21,
Clase 4, del 18 de Diciembre de 1973 y Clase 5 del 8 de Enero de 1975 inédito
-
Indart Juan Carlos- http://www.congresoamp.com/es/Actividades-preparatorias/11-06-27_Noche-del-Comite-de-Accion-de-la-Escuela-Una/Juan-Carlos-Indart.pdf
-
Indart Juan Carlos- http://ampblog2006.blogspot.com.ar/2011/04/notas-sobre-el-racismo-juan-carlos.html